Universidad Nacional Guillermo Brown

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Apostar no es un juego

 

La ludopatía digital se transformó en una problemática acuciante para entre las y los adolescentes y será tratada el lunes 27 en un encuentro abierto a la comunidad organizado por la UNaB en conjunto con el Municipio de Almirante Brown y la Fundación Causa Común Brown.

Las apuestas en juegos de azar y las conductas problemáticas relacionadas con el juego –conocidas como ludopatía– no son nuevas, pero en el entorno de las plataformas digitales el problema toma nueva forma y se transforma en un fenómeno muy actual, con características que sí son nuevas. En especial, por la relación que los adolescentes tienen con las pantallas, y por un diseño –tecnológico y comercial– que parece favorecer una especie de captura.

Este será el tema de una charla abierta a la comunidad, que la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB) realizará  en conjunto con el Municipio de Almirante Brown y la Fundación Causa Común Brown, el lunes 27 de mayo a las 17:00 en la Casa Municipal de la Cultura de Almirante Brown (Esteban Adrogué 1224), a cargo de Mariana Ferrarelli y Lucía Fainboim.

“Así como se ‘digitalizaron’ muchas de las prácticas de nuestra visa cotidiana, hoy el problema de la ludopatía ha cobrado relevancia por el ingreso de los adolescentes a las plataformas de apuestas online –explica Fainboim, licenciada en Comunicación, diplomada el Educación e investigadora especializada en Ciudadanía Digital–. Sabemos que los adolescentes no pueden ingresar en casas de juego, casinos o bingos, pero mediante diversas estrategias sí pueden entrar en estas plataformas online, que se vuelven un consumo problemático, que no es una adicción a una sustancia pero sí a un comportamiento”.

Para las especialistas, esta suerte de epidemia no es consecuencia “inevitable” de los avances de la tecnología digital sobre la vida cotidiana: “Uno podría pensar que los chicos apuestan desde siempre, como cuando juegan a las figuritas, y que por Whatsapp se podría organizar cualquier tipo de apuesta –explica Ferrarelli, licenciada en Comunicación, magister en Metodología e investigadora en tecnologías de la enseñanza y formación docente–; el problema es que hay grandes plataformas que organizan los juegos de apuestas y buscan monetizarlo, con lo cual la cuestión se complejiza, ya no sólo porque se apuesta por plata, sino porque todo está diseñado para estimular esa monetización sin límite”.

El juego y la trampa

Muchas actividades que hacíamos “presencialmente” –jugar, ver películas, ir a clase, hablar con amigos– hoy migraron al entorno digital, lo que no es gratuito aunque parezca: “Las plataformas proponen un modelo de negocios no siempre visible a los usuarios, donde lo que se busca es monetizar las interacciones, lo que complejiza el problema porque puede estimular comportamientos adictivos”, señala Ferrarelli.

“A esas estrategias de las plataformas para retener a los usuarios el mayor tiempo posible se suma que tenemos chicos que aún no han desarrollado su capacidad inhibitoria, y esto impacta en los ‘mecanismos de recompensa’ neurobiológicos, que es lo que desencadena el fenómeno de las adicciones”, agrega Fainboim, quien explica que en el diseño de los juegos online suelen estar calculados esos ciclos de ‘estímulo’ y ‘gratificación’ para mantener capturado al jugador.

A esto se acopla la disponibilidad de dinero y transacciones a través de billeteras online y otros medios también en el entorno digital: “El problema que estamos viendo –advierte– son los casos de chicos que se han endeudado muchísimo, que han perdido mucha plata o están bajo amenaza, porque el momento en que piden ayuda a la familia es cuando ya no les quedan alternativas de financiamiento”.

Como casi todo ocurre en el “cascarón” del mundo virtual, la familia suele ser la última en enterarse, aunque hay otros síntomas: “Hoy tenemos docentes, hasta de primaria, que ven que los chicos están apostando en clase”, alertó Ferrarelli.

Mucho por hacer

En el encuentro “Apuestas online y ludopatía digital” se abordarán tópicos cruciales de la cultura digital –como la imposibilidad de separar la vida online de la cotidianidad “real”–, el funcionamiento de las plataformas de apuestas y casinos digitales, el influencer como paradigma cultural, los riesgos específicos para los adolescentes y estrategias didácticas y de acompañamiento para los adultos en relación con la problemática de la ludopatía digital.

Fainboim asegura que este fenómeno de la ludopatía digital adolescente –que es más frecuente en varones, aunque no privativo– tiene un fuerte aliciente en la publicidad y en la cultura: “En España y otros países de Europa ya existen regulaciones para limitar la publicidad, lo que hizo que muchas de esas grandes empresas internacionales de apuestas se hayan concentrado en América Latina y en nuestro país”. Los influencers –también limitados ahora por la legislación española– están entre los principales agentes de esta cultura del supuesto “dinero fácil”.

Aunque los casinos online son actores importantes, en Argentina es el fútbol el principal terreno de las apuestas online, alentadas por la publicidad de estas plataformas en las camisetas de algunos de los principales equipos de primera división e incluso en la AFA: “Muchos chicos dejan de vincularse con el deporte desde la pasión o desde el ocio y empiezan a hacerlo desde el interés”, remarca Ferrarelli, quien cree que los adultos deben poder hablar con sus hijos de estos temas “no desde un lugar de condena ni a impugnar conductas, sino entendiendo que es parte de una dinámica que va más allá del individuo, y que tiene que ver con un mundo de plataformas que va a estimular este tipo de comportamientos”.